Un nuevo estudio sugiere que el trastorno de sueño iRBD podría ser un síntoma temprano de enfermedades neurodegenerativas en algunas personas.
es una afección poco frecuente que hace que las personas actúen sus sueños, griten, golpeen o realicen movimientos bruscos, mientras duermen. Más específicamente, esos comportamientos suceden en la fase de sueño REM.
iRBD es la sigla en inglés de “trastorno aislado de la conducta del sueño con movimientos oculares rápidos”. Esta es una afección poco frecuente que hace que las personas actúen sus sueños, griten, golpeen o realicen movimientos bruscos, mientras duermen. Más específicamente, esos comportamientos suceden en la fase de sueño REM.
Durante el sueño, el cuerpo debería relajarse muscularmente e impedir que se hagan movimientos. Pero en personas con el desorden pueden producirse acciones físicas y vocales.
Ahora, un estudio realizado por investigadores de España y Austria señaló que el trastorno podría sugerir un “estadio precoz de enfermedades neurodegenerativas relacionadas con la proteína α-sinucleína”. El trabajo fue publicado en la revista The Lancet Neurology.
La investigación fue liderada por Álex Iranzo y Gerard Mayà, del Hospital Clínic de Barcelona-IDIBAPS, junto con un equipo multidisciplinario. Tuvo como objetivo confirmar, mediante el análisis post mortem, la conexión entre el trastorno iRBD y las enfermedades neurodegenerativas relacionadas con la proteína α-sinucleína.
Los investigadores analizaron tejido cerebral y medular post mortem de 20 pacientes diagnosticados con iRBD. El 95% de los casos presentó depósitos de α-sinucleína en regiones cerebrales responsables de la regulación del sueño REM.
El doctor Marcelo Merello jefe del servicio de Movimientos Anormales de Fleni e investigador en ciencias médicas del Conicet, fue contactado por el diario InfoBae y expresó que se debe tener cautela al considerar los resultados del nuevo estudio.
“El trastorno aislado de la conducta del sueño con movimientos oculares rápidos puede ser confundido con otras afecciones como el sonambulismo. Por lo tanto, cuando alguien tiene sueños vívidos y despertares, debería tener en cuenta que son síntomas compartidos por diferentes trastornos”, señaló.
El científico subrayó que el nuevo estudio, en el que no participó, se basó solo en una serie limitada de casos. “El trastorno iRBD podría ser síntoma heráldico de la enfermedad de Parkinson o algún tipo de deterioro cognitivo en la tercera edad. Pero esa posibilidad debe ser tomada con extremo cuidado, ya que incluso muchos medicamentos usados para dormir o para el control del ánimo pueden inducir iRBD”, dijo.
Una persona que hoy tiene el trastorno de iRBD a los 30 ó 40 años podría no desarrollar nunca Parkinson o demencia en el futuro. “No se puede generalizar. Por eso, los pacientes no deberían vivir con una espada de Damocles ante la presencia de este trastorno. Se debería consultar a un profesional de la salud”, aclaró el investigador, quien investiga el tema.
En 2006, los investigadores de España y Austria ya habían sugerido que el iRBD es un trastorno del sueño que podría ser un precursor de enfermedades neurodegenerativas. No obstante, faltaban pruebas.
Para contar con ellas, examinaron en detalle los cerebros y médulas espinales post mortem de 20 pacientes diagnosticados con iRBD antes de fallecer. Sus tejidos fueron donados para su análisis al biobanco, llamado Banco de Tejidos Neurológicos del IDIBAPS en España.
Uno de los hallazgos fue la identificación de depósitos de la proteína α-sinucleína en regiones cerebrales críticas para la regulación del sueño REM, incluyendo el complejo coeruleus-subcoeruleus, el núcleo reticulado gigantocelular, el tegmento laterodorsal y la amígdala.
Estas áreas son responsables de controlar la atonía o relajación muscular durante el sueño REM, y se sabe que su disfunción está relacionada con el desarrollo de los movimientos involuntarios típicos durante el sueño del iRBD, comentaron los investigadores en un comunicado.
En los pacientes que no habían desarrollado síntomas de demencia o parkinsonismo, los depósitos de α-sinucleína se encontraban localizados en el tronco encefálico y el sistema límbico.
Para los autores del trabajo, el estudio aportó evidencias de que los depósitos de α-sinucleína en las estructuras cerebrales involucradas en el sueño REM podrían servir como biomarcadores tempranos para identificar a individuos en riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas.
Reconocieron también que el estudio se basa en una muestra relativamente pequeña. Consideraron también que los resultados podrían servir para el diseño de ensayos clínicos.
“Nuestros hallazgos podrían informar el diseño de ensayos clínicos de compuestos dirigidos a proteínas patológicas específicas (por ejemplo, α-sinucleína y β-amiloide) en personas con iRBD”, escribieron.